SONIA

No sólo se remonta al año 80 donde abrió sus puertas al público en el mismo sitio donde ésta hoy, si no que se remonta desde su niñez al lado de su madre, tías y tíos pescadores y además grandes cocineros, donde aprendió los más celosos secretos de la cocina marina tradicional.

Pues fue allí, en Chorrillos donde conoció a Freddy, un pescador empeñoso y emprendedor que puso el otro condimento para que surgiera el amor entre ellos desde muy jóvenes.

El abastecía la cocina de la madre de Sonia (Doña Isabel) y se hacia a la mar con sus tíos para traer las especies más preciadas que el mar le regalaba y así Sonia podía hacer maravillas en la cocina y enamorando cada día más.

Freddy fue progresando y creciendo como marinero, aprendiendo también los grandes secretos que guarda el mar, los riesgos, peligros y aventuras al lado de los viejos lobos de mar, de los tíos de Sonia que lo llevaban a pescar y le revelaban las pericias que tenia que hacer para salir victorioso y con buena pesca del mar.

FREDY

Cuenta Fredy una de sus anécdotas: la pesca que traía de la mar, una parte era para Sonia y la otra la vendía en el muelle, pero tanta era la demanda que todo se acababa y tenía que volver al muelle a comprarle pescado a los mismos que les había vendido hace una hora.

Sonia mantiene hasta el día de hoy la misma estructura tradicional de casa de pescador, donde se come y se respira fresco, donde se acoge al comensal que quiera disfrutar de la comida marina tradicional preparada con recetas de antiguos pescadores.

También visitaron a Sonia algunos presidentes en el momento de su ejercicio, como el Arq. Fernando Belaunde Terry, Alan García en sus dos gobiernos, Alberto Fujimori y Alejandro Toledo donde cayeron rendidos a su sazón y sabor.

Fue así que Fredy creció y tuvo hasta tres embarcaciones (Caracol, Picapiedra y Tiburón) como dice el mismo en uno de sus poemas: PESCABA A MANOS LLENAS, PESCADO BARATO A CADA RATO. Y con tanta abundancia de la época deciden comprar el terreno que hoy es este restaurant. Pero esta aventura recién comenzaba, Sonia empezó con cuatro mesitas y como era época de verano, el restaurant que tenia el club Regatas no abastecía y ellos fueron sus primeros clientes que al principio un poco temerosos cayeron encantados por la sazón y el carisma de Sonia.